jueves, 15 de octubre de 2015

Rosa a la esperanza, pronto saldrá el sol








Sabía que iba a ser bello, incluso algo maravilloso, pero no sabía que durante aquel amanecer se daría cuenta de que la esperanza era de color rosa.

De hecho, para ella había dejado de tener color, ni siquiera era del famoso verde, se había conevertido en algo tan vulgar que no podía ni reconocerla. Pero, la esperanza, es verdad, es lo último que se pierde. Tan sólo ella es la que nos hace mantenernos con vida, y seguramente la necesitamos para darla, la vida.

Cada vez que iba en busca de la salida del sol sentía algo de incertidumbre y pensaba "es posible que las nubes tapen el sol" o  "quizás no estoy situada hacia el este". Sin embargo, aquel día, con la confianza en lo más salvaje de la naturaleza, el cielo se inundó de rosa, respiró profundamente y entre las nubes vislumbró el sol, con la fuerza y la intensidad de cuando algo acaba de empezar.

Ella era esperanza y también era naturaleza, porque tenía algo de savaje, de fuerza y vida nacida de las entrañas. También era delicada, sutil y minuciosa. Tuvo que salirse de ella misma, mirarse con perspectiva y ver cuánto había de ella misma y cuánto había de los ancestros que vivieron antes de ella. Y así reconoció nuevos colores.

Ella siempre se había creído azul, verde, turquesa. Y había abandonado al rosa entre lo mundano y lo común. Aquél día lo convirtió en esperanza, en salvaje y en el aliento previo al sol. Y entremezclados los colores en perfecta armonía, esperó con esperanza rosada notando el latido de lo que está por llegar, mucho más cerca, fuerte y latente como el corazón.

miércoles, 26 de agosto de 2015

la maravilla




Voy en el tren, miro por la ventana y por el pasillo del vagón pasa un hombre que llama mi atención. Lleva gorra y pantalones blancos y camisa a rallas en tonos rosados. Sólo los cubanos pueden ir así, pienso divertida. Pero lo que realmente ha llamado mi atención es la guitarra que lleva a sus espaldas. Y entonces, un regalo. Nos desea que estemos teniendo un buen día y, si no, que empiece ahora. Suenan notas en su guitarra y una suave voz melódica que sigue manteniendo mi atención con cierta admiración. Me dejo llevar por las letras que entona hasta llegar a una frase: SÓLO EL AMOR ENGENDRA LA MARAVILLA. Con la inmediatez de nuestra cotidianeidad, busco en mi smartphone para encontrar a su autor: Silvio Rodríguez, leo. Y empieza un nuevo sendero por el que caminar y contemplar lo que veo, con un nuevo repertorio para la banda sonora de mi vida.

Desde entonces me gusta aún más viajar en tren y mirar por la ventana dejando pasar paisajes de otras vidas que, como en una pantalla de cine, dejan ver, tan solo algunas escenas. Des de entonces, tengo una canción que ronda por mi cabeza cada vez que me maravillo. Y desde entonces me digo:

Buen día y, si no que empiece ahora.

lunes, 10 de agosto de 2015

Jersey de punto o cuando una prenda se hace especial

Los objetos en sí  no guardan ninguna importancia. Son las histrorias que contienen lo que los hace significativos. Los nostálgicos y vividores de los pequeños detalles lo sabemos. Esta es la historia de una luz blanca a través de una rejilla de punto, de colores vívidos e intensos. Podéis seguir leyendo aquí.